La libertad de expresión, en este tiempo, en otros y en los que vienen; es una irrealidad ante los diversos convenios que se establecen en los medios de comunicación. Donde la censura al derecho de hablar con libertad, debería de ser la festejada.
Se organiza una gran fiesta, pero los únicos beneficiados, son aquéllos periodistas que brindan un beneficio a los servidores públicos, y que curiosamente año con año son premiados con los "supuestos" sorteos de regalos.
Viva la libertad, que se celebra comiendo tamal....
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